lunes, 8 de junio de 2020

Ristras de una mañana enamorada...


Me gusta mucho cuando me piensas y me bañas de deseos, siento tus labios en mis turgentes senos mis pezones buscan álgidos tu boca. Te deseo como al verano después de un invierno cruel; deseo tus labios succionar mis pezones y tú te vuelves loco en mí, me tomas suave con tus dedos en mi cabello, me miras a los ojos y vas entrando en mí como las horas inesperadas, como un vacío que llega de repente para volverse un todo en mi interior, te vuelves líquido en mis entrañas y sientes el vibrar de mi cuerpo en escape a ese mundo que tú le ofreces.

Y yo quiero ser tu primavera para abrir tus sentidos y hacer que broten para mí; vuelas presuroso mi pequeño gorrión en escape para posarte en mi pecho y beber de mí, beber de este deseo que nos inunda a ambos.

Cómo es sentir su dureza en mi suavidad, mis carnes suaves te reciben dentro de mi ser y lo que es solo carne vas descubriendo cuan etéreo se vuelve y el deseo de formar parte de esta lujuria nuestra es insaciable.

Y te pienso y te siento, te vuelves lascivia en medio de mis piernas, derramas mis ansias en cantos de humedades que saben a mar y a deseo de ti.

Eres mío, solo mío en un instante que no tiene fin en ese momento que es únicamente de dos; te vuelves frágil al mirar mis ojos estallando en un orgasmo, como gozas al ver que me desvanezco de placer, como muero en tus brazos y es una muerte divina para volver a mirarte llena de vida; después del embate del paroxismo alcanzado... Como gozo el morir para ti y volver una vez más así siendo tuya, atrapada, pero también yo te atrapo en mis adentros y te abrazo en mis contracciones de mujer en escape a algo más que  simple carne.

Me gusta que huelas a mi aroma, ese aroma que nadie nunca recrear podrá, porque nos caracteriza; desnuda, abierta como flor en primavera y temblando llena del rocío que tu posesión me provoca.

Porqué soñamos despiertos... Porqué es tan lejano el deseo... Porqué sus palabras me cantan como jilguero... Porqué tu dulce fusta me llena de desasosiego...

Dime porqué te niegas a escuchar mis gemidos pero los anhelas...

Me vuelves luz y tú? Tú eres mío lo sabías? Tu eres un riachuelo que corre por mis muslos labios adentro; mis ojos se pierden en los tuyos y los cierro porque al cerrarlos he de verte más cerca de lo que jamás pudiéramos estar y tu aroma recorre los pasos que jamás ha de dar, tus manos me conocen tanto aunque jamás el mar ha de tocar el cielo; eres la nieve que nunca ha tocado mis tierras, eres el sol que baña las playas del Mediterráneo que mis ojos no han visto.

Tu me nombraste para convertirme en canto de tus tierras lejanas y corro a ti desbocada, como aquella niña de tus ojos que nunca conociste pero que le da sabor a un recuerdo; como la mujer que se te vuelve mañana con aroma de café recién colado... Y sabes que es tuya, sabiendo que nada tienes de esa mujer tan extraña pero tan conocida a la vez... Y a través de unos cuantos bits vuela por un mar de tecnología y llega presurosa  hasta ti...

Y en tus palabras: "Para ser flor abierta a la tarde..."


L.J.A



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