miércoles, 12 de agosto de 2020

Aromas álgidos...

 
Desnuda frente al espejo escruta su piel serena al despuntar el nuevo día, aún es temprano y la ducha le espera sonando copiosamente mientras su cuerpo le intriga ante el aroma que expide, aromas tan suyos imposibles de recrear por ningún medio artificial; acaso las personas no pueden oler su verdadera esencia en cada bocanada de salvaje almizcle propio de su naturaleza...

El olor de la piel y el aroma de su gruta húmeda le llevan a pensar en el aroma del campo cuando amanece, olor a hierba húmeda de rocío, tierra que expide la mismísima naturaleza que le imprime su propio sello...

No es profano lo que de su piel emerge, no es reprochable sentirse a gusto con su propio y único aroma que es tan irreplicable, camina frente a su pudor y se siente segura de si misma; le aclara al mundo que la rodea cuán dueña es de respirar su personal esencia sin sentir vergüenza de ser...

Porqué es incomparable el fiero aroma de dos cuerpos al amanecer, porqué el sudor después de hacer el amor se vuelve algo necesario para complementar esa unión y no hay problema deslizar piel sobre piel en sopor de pasión que termina embriagado el olfato de todo aquello que nos convierte en humanos...

Porqué el dulce aroma de la pequeña gruta se vuelve eterno recuerdo de ansias y sabores...

Porqué el mejor aroma del mundo se convierte en algo despreciable para muchos...

Será que no nacieron bajo el signo de la humanidad y hasta su propia piel les asquea tanto como sus tontos prejuicios?

Quien no se reconoce en sus propios aromas de seguro nunca a aspirado una mañana con sus mil matices... 

Les invito a beber de su aroma álgido para que sepan de qué estamos realmente hechos y así cada uno tendrá el aroma que de sí es...
Acaso ha descubierto a que  huele su vida cada amanecer?

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