Sonrío cada vez que el calor acude sin permiso a tus mejillas , se que el fuego de tu poco atrevimiento esconde un pillo...
Se que estas ahí sí, encuerado y al acecho...
Y sabes qué? No! No te quiero ver desnudo, ya sé de que estas hecho; de una piel que resiste embates , de un alma que no se doblega, de un ser que respira días que se le vienen colmando de lo mismo pero que de seguro puedes darle un aliento de nuevos horizontes.
Encuerado ya estas, solo te falta sentir el acecho de los días que te hacen reír, el acecho de despojarte del camino que te hace ruborizar el ego.
Despeja el camino y suelta la ropa, cuéntale a tu piel que aun recuerdas que existe y que sí, te hace bien encuerarte.
Recuerda bien: no es que tú no seas de esas cosas; es que más bien las ropas no son el meollo sino el despojarnos de los murmullos del mundo y sus prohibiciones.
Y sabes qué? Te acecho y encuerada SÍ!!!
Posdata: Mira las nubes que andan encueradas y flotan sin pensar... Y sí, todos las ven... Miau!
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