viernes, 26 de julio de 2019

Y te preguntas... Dónde está?

Porqué el libro... 

Pues tu hiciste que llegará a mí, como un hurto por casualidad...

Dedicado... A tus desmemoriadas neuronas; en un tiempo cualquiera en tierras de nuestro Señor...

Y te preguntas donde está aquella mujer que se trepaba en cada pliegue de tu piel.
Aquella mujer que se bebía tus antojos y los exhalaba en suspiros de ardiente lava sobre tu piel.
Dónde está esa mujer que lamía palmo a palmo de tus pasiones más ocultas, de tus pensamientos más procaces.

Dónde está la mujer que fuego cruzando en tu entrepierna te volaba la tapa de los sesos, mientras te volvías volcán en erupción de violentas arcadas seminales.
Dónde está la mujer que bebía de ti sin saciarse.
Dónde está la mujer salvaje en los caminos que conducen a la piel, al éxtasis de afilar sus deseos en cada palpitación que sientes ahí, abajo, en esa pequeña voluntad que te mueve y te distingue masculino.
Dónde está la mujer que azotabas lento en cada respiración jadeante colmada de lujuria para ella y de cautela quizá ingenua para ti.
Dónde está la mujer a la que le arrebatabas ciclones en medio de los muslos con el mar de tu lengua.
Dónde está lo que fuiste y nunca más volviste a ser...
Tal vez ese hombre ni sepa que hablo de él aquí porque de intuición y pericia no le dotaron muy bien.


Si te preguntas ¿Dónde está esa mujer?

Déjame responder que:

Se quedó en tus deprimentes y cascados silencios.
Se quedó en tus indiferencias autistas.
Se quedó en tu falta de interés; por lo que según tú es vida, pero no es más que un aburrido canto al Dios de la monotonía.
Se quedó un mes de diciembre de un año sin tiempo, donde te quedaste mudo y no hubo respuestas.
Se quedó en el sinsabor de saber que no tenías sabor definido.
Se quedó en lo aburrido que ves el mundo, sin saber que vivir es más que respirar cada mañana.
Se quedó en que no supiste manejar un volcán y que las llamas a ti solo te sirven para apagarlas.
Se quedó en sorprenderme porque me volviste invierno yo que siempre he sido verano.
Y es que tu no has comprendido aún lo que es echar un buen jalón, donde lo que prevalezca no sea la vil carne... Sino que comprendas el significado de las palabras "ALMA" y "PIEL"...

Dedicado... 

A tus desmemoriadas neuronas; en un tiempo cualquiera en tierras de nuestro Señor...




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