Te he visto pasar tantas veces...

Te diré que te he visto pasar tantas veces y ni una sola te quedaste... 

La sonrisa de ayer se fue con aquel motivo, los ojos que vieron aquel atardecer nunca pintaron los mismo colores en la paleta de su iris, la textura de  la piel no estaba igual al deslizar la crema día día...

El aroma del café tiene un toque distinto, irreplicable al de ayer; los tragos que conducen tu bebida favorita al bajar por la garganta nunca son los mismos aunque de monotonía los quisiéramos mojar...

La imagen de aquella que viste en el espejo por la mañana jamás volverás a ver... No, es que fue única; aquella que se presentó con quién sabe cuántas cosas en la cabeza, al mirarse repetidamente quizá pensando que era una vez más la misma...

El calor de tus sábanas no volverán a tener la misma temperatura de ese momento... No, las brasas siempre crepitarán a distintos grados dependiendo de quien las atiza...

Los ojos no miran dos veces igual, aunque tú sigas siempre el mismo camino a la panadería para encontrar el pan que jamás tendrá el mismo sabor de ayer... Porque cada día por medidos que sean los ingredientes de manera exacta, nunca saciarán nuevamente el hambre que tuviste un día, pues hoy será distinto y tal vez ya ni apetito tendrás... 

El aroma de aquel lugar donde caen las hojas de los árboles jamás se mezclará igual al momento en que pasaste por allí esa tarde... Porque las hojas serán otras nuevas que al suelo han caído, porque crujirán distinto al pisar la alfombra que forman a tu paso...

He repasado tantas veces la mirada sobre esos surcos que se forman en el entrecejo y cada día son diferentes... Un día forman un camino de fruncida rabia, otro una hondonada de alegría y otro tal vez un exceso de felicidad que se encalló en su momento tan único y exclusivo...

Y cada día descubres que en cada reguero de sensaciones vas forjando un rostro nuevo a esos pequeños surcos que no vuelven a ser lo que en una mirada los sorprendías...

Te he visto pasar tantas veces tan diferente, tan impredecible... Y pareciera que el mundo se empeña en hacernos creer que se detuvo en cada instante, para engañarnos y pensar que todo es monotonía, que somos solo marionetas que recrean historias una y otra vez repetidas... Que el café se toma por costumbre o que mirarse al espejo es mera coquetería... Te he visto pasar tantas veces en muchas vidas que de momentos únicos se convirtieron, sin darnos cuenta que no somos producciones en serie, meros "prêt  á porter"... Pero que nos empeñamos en creerlo...

Te he visto pasar tantas veces... Niñez, juventud, madurez y vejez en tantas vidas que en este universo se siguen sucediendo y aún así seguimos pensando que somos  estáticos sucedáneos que solo replican un comportamiento de este maremágnum...

Y resulta que cada detalle, cada segundo, cada respiro es tan distinto como el mismo pulso de la vida al correr por nuestras venas; pues nunca se ha visto volver de la vejez a la juventud o de esta a la niñez...

Si miras con atención estás viendo nacer en cada detalle un mundo que no volverá a renacer en ningún otro instante... Y sí, no se quedaron ni una sola vez... Felicidades o tristezas... Porque así va el mundo para darnos nuevas cosas en cada momento al latir nuestras vidas...

Y sí, somos un compendio de momentos únicos... Eso somos...

L.J.A