Gaviotas al amanecer despuntan entre nuestras sórdidas caricias, las golondrinas aún no han hecho verano en nuestro idílico puerto y es difícil encontrar un nido parecido a éste; donde su cuerpo y el mío forman una coraza de sentimientos.
Muchas vidas... Tantas historias y cuanta imaginación... Por L.J.A
Gaviotas al amanecer despuntan entre nuestras sórdidas caricias, las golondrinas aún no han hecho verano en nuestro idílico puerto y es difícil encontrar un nido parecido a éste; donde su cuerpo y el mío forman una coraza de sentimientos.
La sonrisa de ayer se fue con aquel motivo, los ojos que vieron aquel atardecer nunca pintaron los mismo colores en la paleta de su iris, la textura de la piel no estaba igual al deslizar la crema día día...
Su piel sigue siendo hermosa para quien el alma aún tiene la fortuna de ver más allá de lo fútil ...
Tengo una relación sentida con mis pasos al caminar cada día pues me permiten recorrer una y otra vez lo diverso de lo cotidiano...
Tengo la terrible costumbre de sentir como humana, lo confieso...
A veces me convierto en un jilguero que quiere alcanzar las nubes sin pensar que si vuelas demasiado alto puede hacer mucho frío o el sol abrasador puede quemar tus alas...
A veces quiero ver sin ojos y los matices de un mundo que desconozco terminan por derretir las retinas que nunca he tenido...
A veces me convierto en golondrina y emigro a parajes que no están a mi alcance y sencillamente me pierdo en el mundo que no fue hecho para mí...
A veces me empalago de los días con sentido ajeno y descubro que soy un cuento donde el sabor aún no llega...
A veces soy un suspiro y salgo demasiado rápido sin pensar que soy solo aire que se expulsa en solo una ilusión...
A veces me vuelvo desilusión y los torrentes de un río encastado en lo profundo de mi alma se desborda y corre veloz inundando todo a su paso...
A veces me vuelvo infantil y recuerdo que soy una mujer muy chica que no ha aprendido a crecer...
A veces olvido que el mundo no me pertenece y no soy una jugosa manzana que puede dar fragancia en el prado de un campo sin nombre...
A veces me vuelvo nieve, pero que tonta soy porque no conozco lo blanco de su gélida textura...
A veces soy un poema que nunca ha tenido sentido o quizá no solo a veces, sino siempre, soy una rima que jamás se escribió...
A veces no siento el sabor de los vientos que soplan en mi piel y me vuelvo arena que simplemente se desaparece en un soplido...
A veces sueño y olvidó que mi vida no consiste en despertar, sino más bien en seguir dormida creyendo en un mañana...
A veces no quiero levantar la vista a la realidad de sentir, porque sentir es como mil caballos arrastrando tu cuerpo en escape brioso...
A veces me cuento a mí misma que existe un mundo donde Alicia en el país de las maravillas es real y donde Macondo aún se sigue sucediendo una y otra vez en cien años de soledad...
A veces miro el mapa y siento la necesidad de borrar algunas geografías y convertir todo en un mar de posibles destinos...
A veces el alma la siento tan cansada que se inunda de un mar salado inmenso y ahí me doy cuenta que no hay tierra disponible para llegar a un puerto...
A veces los sinsabores no lo son, porque aquí los siento salados, amargos, con sabor metálico y se escurren en la garganta hasta llegar a un hondo mar en donde volverán a encontrar un camino para volver a ser horizonte posible...
A veces me hundo porque así es la vida...
A veces respiro pesares y exhalo largos e imposibles sueños...
A veces, a veces, siento que sigo viva pero sin darme cuenta que nunca he salido de mi cuento...
A veces llegan a mi vida inciertos sabores que se van tornando apetitosos bocados y luego son como agua clara, cristalina, sin olor ni sabor definido, solo corren en declive para nunca más volver...
Sinsabores...
Por Lilian sí...
L.J.A
Me gusta mucho cuando me piensas y me bañas de deseos, siento tus labios en mis turgentes senos mis pezones buscan álgidos tu boca. Te deseo como al verano después de un invierno cruel; deseo tus labios succionar mis pezones y tú te vuelves loco en mí, me tomas suave con tus dedos en mi cabello, me miras a los ojos y vas entrando en mí como las horas inesperadas, como un vacío que llega de repente para volverse un todo en mi interior, te vuelves líquido en mis entrañas y sientes el vibrar de mi cuerpo en escape a ese mundo que tú le ofreces.